
Agroecología y veganismo
La agro ecología es una ciencia y, al mismo tiempo, un movimiento social en clara expansión, una de las respuestas más creativas y disruptivas observadas en los últimos años. Es una ciencia innovadora que propone un nuevo paradigma y que, además de cuestionar los fundamentos de la agricultura moderna, retoma el diálogo con la agricultura tradicional o campesina. Lejos de ser una moda pasajera, refleja la expansión de un modelo de producción diferente y, en términos de prácticas pre figurativas propone otro modo de relacionarse con la tierra y los demás seres vivos.
En la Argentina la agro ecología se desarrolla no solo en el campo de la economía social, comunitaria y solidaria sino también dentro de la economía convencional, donde existe un abanico de posibilidades y experiencias que implican una previa y necesaria tarea de valoración de esas otras economías y su relación con los territorios, así como una planificación estratégica para potenciar las economías locales alternativas. Pero, tal como hemos dicho, es más que eso: constituye un movimiento social, cultural y político en íntima relación con la ecología política, la economía ecológica, la historia ambiental y la etnoecología.
Por otro lado, las ramas ecologistas y ambientalistas más tradicionales han tratado “la cuestión animal” principalmente en torno a la conservación de las especies. Cuando una especie está en peligro de extinción, la protegemos por el servicio ecosistémico que presta al ser humano. Pero, ¿consideramos el valor de la vida de esos animales en sí? Las nuevas vertientes socioambientalistas somos también antiespecistas, porque nos basamos en la ciencia para nuestra nutrición y reconocemos a los animales (todos ellos) como parte del ambiente que deseamos cuidar y proteger.
Soberanía Alimentaria
Dentro de los movimientos campesinos y territoriales rurales, la agroecología está muy asociada a la noción de soberanía alimentaria, que podría definirse como el derecho de cada pueblo a definir sus políticas y estrategias de producción, distribución y consumo de alimentos a fin de garantizar el acceso a una alimentación cultural y nutricionalmente apropiada y suficiente para
toda la población.
A nivel global, la agricultura campesina y familiar produce el 70% de los alimentos del mundo en el 25% de la tierra, mientras que el agronegocio, para producir el 25% del alimento, utiliza el 75% de la tierra.
Necesitamos una agricultura con agricultores, que impulse el trabajo en el campo y que produzca alimentos sanos a precios justos: esa es la agricultura del futuro.
Es posible avanzar en una transición hacia un nuevo paradigma productivo, sustentable y asentado en la soberanía alimentaria.